Me guardo un beso

Si ha habido un libro que me ha dado alegrías, ése ha sido sin duda Crisis de Oruga. Principalmente por todo lo que aprendí durante su edición, pero también por todos los lugares a donde me llevó. Físicamente y virtualmente hablando.

Me gusta decir que fue un libro que tomó su propio camino desde el primer momento, y lo hizo de una manera suave, sin complicaciones. Con él aprendí que la autoedición no es un camino sencillo pero sí tremendamente enriquecedor. De hecho, una vez que has editado tu propio libro, que has controlado cada parte del proceso, es muy complicado encontrar la misma satisfacción cuando delegas esas tareas a otra organización. No deja de ser una renuncia al fin y al cabo.

Con él tuve un bautizo de honor en el mundo de la poesía, con una presentación preciosa en la que no faltaron emociones y cariño por todas partes. 

A partir de ahí se dedicó a viajar y pudo incluso salir del país gracias a todos los lectores que quisieron tenerlo en su mesita de noche. Sus poemas se han compartido en redes sociales, se han recitado en las calles y se han trabajado en centros educativos. De hecho, recuerdo un momento muy emotivo en el que un grupo de alumnos de primaria aprendieron y recitaron uno de los poemas del libro y me lo regalaron con motivo de una visita que hice a su clase. Una sorpresa que me dejó sin palabras y que guardaré siempre en el balance de los agradecimientos eternos.

Precisamente ese mismo poema fue objeto de otro regalo maravilloso que me hizo mi compañera escritora Toñi Sánchez Verdejo, cuando grabó este vídeo en su propia voz. Una extraordinaria carta de presentación para un libro lleno de emociones y que sólo me ha dado buenas noticias.

 

Published by Paula M

Un ratito cada día para abrir una ventana y dejar que entre el mundo.

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